La hemos comido, nos
hemos bañado en ella, nos ha curado heridas infecciones respiratorias entre
otras y la hemos comercializado desde el principio de la historia registrada hasta
nuestros tiempos.
En una tableta de arcilla de Nippur, el centro religioso de los sumerios en el Valle del Éufrates, que data aproximadamente del año 2.000 a.C., existe una receta escrita que dice:
"Moler hasta que se vuelva polvo arena de río (faltan palabras) y amasar luego con agua y miel y que aceite puro y aceite de cedro caliente se extiendan sobre eso".
En el Antiguo Testamento, la tierra de Israel a
menudo es llamada "la tierra que mana leche y miel".
Ese Dios del que
habla, nutrió a Jacob con "miel y aceite que hizo brotar de la roca"
y le dio a Israel harina fina, aceite de oliva y miel. Más tarde, el Nuevo
Testamento cuenta que Juan el Bautista comía langostas con miel silvestre.
El gran guerrero cartaginés Aníbal le dio a su ejército miel y vinagre cuando cruzaron los Alpes en elefantes para luchar contra Roma.
Durante la dinastía
Zhou Oriental (770-256 a.C.), uno de los manjares reservados para la realeza
era una mezcla de miel con larvas de abejas, y en la Poesía de Chu se habla del
vino y la miel (c. siglo 11 a.C. -223 a.C).
Y, por supuesto, en el
antiguo Egipto donde sus faraones
partían para el otro mundo cargados de miel.
Arqueólogos modernos han encontrado una y otra vez en las antiguas tumbas egipcias, vasijas de miel de hace miles de años perfectamente conservada.
Son pocos los alimentos que sobreviven el paso del tiempo.
Las papas disecadas de los incas son un ejemplo, pero, a diferencia de la miel, fueron procesadas.
La diferencia está,
en una palabra: preparar. La miel madura bien cosechada y guardada
apropiadamente dura indefinidamente, es una exquisitez dorada.
¿Por qué es posible?
La magia se da por
una serie de factores que operan en perfecta armonía.
- Es
dulce
La miel es un
azúcar y los azúcares son higroscópicos. Eso significa que contienen muy poca agua,
pero pueden absorber humedad si están expuestos a ella.
Son raros los
microorganismos o las bacterias que pueden sobrevivir en un ambiente así. Y
para que algo se dañe, tiene que haber algo que lo dañe, pero la miel es poco
"hospitalaria" con los extraños así que los mantiene lejos.
·
Es ácida
Por otro lado, la miel
es extremadamente ácida. Efectivamente, leíste bien: su pH está entre 3 y 4,5
(7 es neutro) y esa acidez mata.
· Es hecha por abejas
Cuando las abejas
hacen miel, empiezan con el néctar que recolectaron en las flores y regurgitan
en el panal. Al hacerlo, éste se mezcla con una enzima que tienen en sus
estómagos llamada glucosa oxidasa.
El néctar se
descompone en ácido glucónico y peróxido de hidrógeno ¿te suena conocido este
último? Pues lo encuentras en el agua oxigenada, eso que quizás te han echado
en heridas, que parece agua, pero hace burbujas cuando entra en contacto con tu
lastimada piel.
Es un antiséptico, de
manera que protege a la miel de cosas que quieran crecer en ella.
Así que ese dorado
tesoro al que el dios maya Ah Muzenkab protege y que goza del respaldo del dios
Zeus, es eterno por ser demasiado dulce y
demasiado ácido para que cualquier bicho sobreviva y encima es antiséptico.